Marvel, tomen nota: Al diseñar un nuevo Superhéroe piensen en un asesor fiscal - BASILIO RAMÍREZ

 

La profesión a la que llevo dedicados veintiocho años se está convirtiendo, cada día, en un trabajo de superhéroe. Te juegas el físico a la mínima de cambio. Si no te la juegas con la propia interpretación de la norma, en un país con una cierta inseguridad jurídica derivada, sobre todo, de la variedad interpretativa territorial; te la juegas con un cliente insatisfecho (que como no sabe nada te culpará en caso de cualquier problema), o te la juegas con la propia Administración o Adjudicatura que cada vez hacen una interpretación en la que deriva alguna responsabilidad del asesor fiscal, te la juegas con la propia Compañía de Seguros, que tras cobrarte una fortuna por el seguro cada año, intentará eludir el pago en cualquier supuesto de responsabilidad (cualquier calificación que no sea un error le servirá para intentar eludir el pago…).

Yo calculo que un buen asesor fiscal, para serlo, al margen de haber recibido una formación completa de inicio en una Universidad o Escuela de Negocios, ha de tener un periodo medio de maduración, para comenzar a saber bien lo que hace, de unos diez años. Todo esto ha de estar permanentemente aderezado con formación permanente, leerlo todo, estar pendiente de cambios, consultas, sentencias y cualquier otra fuente de doctrina. No basta con estar al día desde el punto de vista Legal, también es necesario estar al loro de cualquier avance informático, novedad contable, mercantil, Administrativa, de Protección de Datos, Compliance, Prevención del Blanqueo de Capitales, etc.

Novedades prácticas como el SII (IVA) hace que el trabajo conjugue partes conceptuales jurídicas con partes informáticas y técnicas que requieran muchas horas de formación. Un buen asesor fiscal tiene que leer además todas las noticias que vienen de Europa, OCDE, Fiscalidad Internacional, ya que con la globalización cada día tendrá más consultas en esta materia.

Hasta aquí un buen asesor fiscal, tendrá que estar pendiente, porque es posible que se tenga que inscribir en un Registro para que la Administración esté muy pendiente de los trabajos de planificación (como se está a punto de aprobar en las reformas de Prevención del Blanqueo de Capitales. Tendrá que estar muy alerta de quienes son sus clientes, que negocios hacen y cubrirse las espaldas con más documentación de la que ha de redactar para el propio trabajo del cliente. Para presentar una declaración, tendrá que previamente obtener una autorización, muchas veces manejar un código de buenas prácticas tributarias, escanear el DNI o las Escrituras del cliente, redactar un acuerdo de seguimiento de diligencia debida,… y un sinfín de obligaciones prácticas, más.

A estas alturas del artículo, todavía, ese asesor fiscal diligente y bueno, no ha tenido tiempo de reunirse con los clientes, escuchar sus expectativas, hacer preguntas para averiguar cuestiones que el propio cliente no considera importantes para su planificación, analizar toda la información recibida, estudiarla y adaptarla a las medidas que propondrá para una óptima planificación fiscal, preparar la liquidaciones, es decir, hacer el trabajo por el que le pagan sus clientes.

Tengamos en cuenta, que un buen asesor fiscal, puede enfrentarse a un cliente por pasarse en las interpretaciones de la norma o también por quedarse corto (no aplico una deducción,…), así que, si es intrépido, como si es ultraconservador tendrá que ser muy cauto y perder mucho tiempo en dar seguridad y supervisión a su trabajo. Todo esto para intentar cobrar unas horas de servicio o iguala. Un asesor fiscal bueno se puede jugar el futuro sin ninguna proporcionalidad. Un cliente al que cobra 5.000 euros al año, puede tener responsabilidades (por la simple interpretación) millonarias.

No dudo que habrá asesores fiscales que manejan planificación fiscal agresiva con sociedades offshore, paraísos fiscales, etc. pero no son la mayor parte de los asesores fiscales buenos que yo conozco, y conozco muchos. El asesor fiscal bueno, trabaja y no va a porcentaje de los impuestos que planifica y ayuda a declarar a sus clientes.

Con todo esto, ¿merecemos o no, estar en la lista de Marvel para la próxima peli de superhéroes?

 

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